miércoles, 14 de diciembre de 2011

A puñadas o a espadazos, tú eliges


Despreciado Cayetano. Tras ver tu intervención en el programa del domingo en la Sexta, y sabiendo que de estudios andas bastante cortito, te dejo esto para que leas algo más allá de los catálogos de sillas de montar a los que estas habituado.

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?

No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.

Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.

Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?

Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.

No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.

Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.

¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?

Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.

Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.

Miguel Hernández

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Actualización 14_12_2011: Como bien dice mi amigo Marcos, tanto la entrevista como el poema anterior quedan perfectamente explicados en esta pieza:



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1 comentario:

Marcos dijo...

En modo gráfico por si no queda claro, Los Santos inocentes;
http://www.youtube.com/watch?v=WP58qosKuKw&feature=related