miércoles, 12 de enero de 2011

Ley de Cul-de-sac


Hace un par de días, leyendo Las penas del agente Smith (el tío Rinze es un artista), me encontré con este gráfico. Es un diagrama de flujo que apareció en Atheismresource y que Rinze ha traducido. Le he cambiado la cabecera para que sirva para cualquier tipo de debate y ha quedado así.

Dado que soy un amante de las buenas conversaciones y/o fogosos debates (si además están acompañados de cerveza, mujeres guapas y rock, entonces alcanzo el Cielo Pastafari), echo en falta un par de cosas. Añadiría un par de puntos más en uno de los pasos. Concretamente estos:

Esto es un debate. Hablaré contigo sobre este asunto si obedeces ciertas normas:
1. ...
2. ...
3. ...
4. No dirás que no necesitas pruebas.
5. No dirás que respete tus ideas.
6. No te molestarás cuando utilice la ironía.

Sobre el punto 5: Siempre me ocurre, que cuando alguien siente que sus argumentos no llegan a buen puerto, y ve que son desmontados con cierta facilidad, lanza al aire la famosa sentencia: ¿Por qué no respetas mis ideas? Aquí viene cuanto tienes que empezar a explicar eso de que las ideas no tienen que ser respetables, que lo que hay que respetar es a las personas, etc, etc. Y sinceramente, es un coñazo, y además se corre serio peligro de que la conversación derive por otros derroteros que nada tienen que ver con la conversación inicial.

Por este motivo, y siguiendo la estructura enunciativa de la Ley de Godwin, me acabo de inventar la Ley de Cul-de-sac (o del callejón sin salida), ley que paso a enunciar a continuación.

Ley de Cul-de-sac: "A medida que un debate se alarga, la probabilidad de que algún interlocutor pida "respeto a sus ideas" tiende a uno.

A partir de ahora, cuando alguien diga la frase ¿por qué no respetas mis ideas?, inmediatamente y sin respetar el turno de palabra (lo siento) diré: ¡Esto demuestra la Ley de Cul-de-sac!. Seguidamente explicaré dicha ley por dos razones fundamentales; la primera porque el resto de los interlocutores preguntarán intrigados que narices dice esa ley, y la segunda porque me la acabo de inventar, y nadie la conoce. Bueno, ahora tú también la conoces.

Sobre el punto 6: La ironía es muy útil en una conversación. La considero una forma fantástica de rebatir un argumento, de darle la vuelta a una afirmación, o simplemente de hacer el debate un poco más relajado y divertido. Si alguien me dice: ¡La fe mueve montañas! le contesto: ¡Claro, entonces Deriva es un nuevo modelo de rueda de la marca Continental patentada por la empresa Tectónica de Placas S.A.!

Estoy considerando seriamente hacerme una camiseta con el gráfico. Así las mujeres leerán en mi bello torso. Literalmente. Je je.

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2 comentarios:

Marcos dijo...

A mi me gustaria debatir ese diagrama de flujo, lo veo incompleto.

Jorge dijo...

la ironia es la estrategiade los cobardes